por Catalina Donoso
Fui a ver «Los espíritus de la isla» quien ha sido nominada a 9 oscars premios de la academia se presento en el festival de cine de Toronto TIFF el pasado septiembre.
La película está bien pero 9 oscar me parece una exageración, es una película minimalista enfocada en los escasos personajes que habitan en la isla y el bello paisaje irlandes.

Ambientada en los años 20s del siglo pasado nos introduce a un remoto pueblo ficticio Inisherinde una isla irlandesa, este pueblo pesquero es tan pequeño que cuenta con un almacén y un único pub. Así los pueblerinos no tienen más diversión que conversar entre sí, y escuchar música local.
El director Martin McDonagh ha reunido una de las duplas irlandesas más icónicas, Colin Farrell y Gleeson en la pantalla grande, dos actores que demostraron una química muy especial que conquistó a las audiencias en “Escondidos en Brujas”. Desde entonces, los artistas han mantenido una estrecha amistad fuera de cámara, y ese afecto y familiaridad quedan en evidencia en cada escena compartida en este nuevo filme.
La historia nos introduce a los pocos habitantes del pueblo, la película comienza en la orilla del mar mostrándonos la pequeña aldea pesquera con un primer plano de Pádraic interpretado por (Colin Farrell) un vendedor de leche del pueblo que vive con su hermana y sus animales entre ellos el que se roba la película su hermoso burro color carbón, durante su matutina repartición de leche, se encuentra con su mejor amigo el violinista y maestro de orquesta del pueblo Colm interpretado por (Brendan Gleeson).

Padraic se ha sentido despreciado por su amigo Colm quien de la noche a la mañana le ha quitado el habla, sin comprender la situación comienza acosar a su amigo, para que finalmente le hable, pero este no quiere nada con él, rechazando una y otra vez.
Como cualquier divorcio y al puro estilo “Guerra de los Rose” lo que en un antaño fue una aparente hermosa amistad se ha convertido en una guerra campal.
La película es algo tediosa y lenta, puesto que no hay nada en el pueblo tampoco pasa mucho en la película,aunque comienza con dotes de humor que nos sacan más de una sonrisa, la historia comienza a volverse mas y mas oscura, ya que Para Pádraic, la decisión de Colm resulta imposible de comprender.
Su personalidad alegre y sencilla contrasta con el carácter sombrío y complejo de Colm, un hombre de mentalidad sofisticada muy respetado en la comunidad, con el que a pesar de las diferencias forjó un vínculo estrecho.
Confundido, Padraic se esfuerza por reparar la relación, negándose a aceptar un “no” por respuesta, pero sus repetidos esfuerzos solo fortalecen la determinación de su antiguo amigo y cuando Colm le da un ultimátum, los acontecimientos se intensifican rápidamente, con consecuencias impactantes.
Ya por la mitad de la película sinceramente no daba crédito a mis ojos y aquella comedia irlandesa se convirtió en un thriller psicológico inesperado.

De fondo podemos observar a lo lejos que disturbios y bombardeos de la guerra civil irlandesa como telón de fondo.
Los espíritus de la isla transcurre en 1923, en plena guerra civil de Irlanda. Si bien la pequeña isla de Inisherin parece estar ajena a lo que está sucediendo en el continente, marcado por los enfrentamientos entre el Gobierno provisional pro-Tratado anglo-irlandés, y la República Armada Irlandesa (IRA) anti-tratado, la tensión del otro lado del mar se siente.
Así la película muestra lo que una vez fue una gran amistad, se torna en una gran lucha, por un lado por encontrar la paz con sigo mismo Colm; y por otro lado por aplacar ese terrible vacío del silencio y la soledad que sufre Padraic.
El resto de los personajes que complementan los habitantes de la isla son el complemento perfecto entre reflexión y armonía y nos integrarán cada vez más, a estos dos personajes que una vez fueron grandes amigos.
La película no es para todo público y tiene escenas bastante fuertes.