por Bernardita Donoso
Después de la pandemia, muchos países han abierto sus puertas a los turistas y Perú está marcando esa tendencia con el número uno en popularidad como el caso de Maxi Iglesias y Stephanie Cayo quien se han reunido en uno de los lugares más legendarios del Perú Cusco. Para filmar una película romántica rodeada de paisajes que dejan la boca abierta.
Esta comedia romántica funciona bien pues Maxi Iglesias y Stephanie Cayo se complementan muy bien en la pantalla y las vistas de Perú son de ensueño, tanto que dan ganas de visitar tan bello país, no solo muestra los paisajes, sino también su majestuosa arquitectura de la ciudad de Cusco, así como sus ricas tradiciones culturales.
Sin duda esta película es la mejor invitación para conocer el país altiplano y su milenaria cultura Inca. La película es bonita, romántica y suave de digerir y lo mejor es que te transporta a un viaje, entonces sientes que realmente estás visitando el Perú.
Nos introduce Salvador, un arquitecto español que trabaja en un negocio familiar, dueños de la corporación hotelera más importante de toda España, para Salvador este trabajo demanda toda su atención, y casi no tiene vida propia, su padre lo enviara por trabajo al exuberante Perú, para construir un nuevo hotel de lujo de siete plantas, que amenaza con destruir la hermosura del paisaje natural de Cusco.
Durante su estancia en la ciudad conocerá a Ariana, una artista apasionada que le enseñará a disfrutar de la belleza de la vida, y que no todo en el mundo es dinero y trabajo, porque cuando se está en Perú hay que sumergirse en la magia Inca de Cuzco.
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