«Just like that» nos representa como mujer

por Catalina Donoso

Just like that  Dónde quedaron los tiempos que veíamos «Sex in the City» para aquellas damiselas que veían con ilusión mujeres del 2000 como Bridget Jones en el Reino Unido, sufriendo por amor y las mujeres de la Gran Manzana rompiendo corazones por lujosos tacones con»Sex in the City» fue nuestra cuna de crecimiento empoderado a un mundo donde la mujer aún estaba saliendo a la luz, mucho antes que vinieran los movimientos como «me too» o » times up»de empoderamiento femenino.

Sin duda la serie «Sex in the city» fue una serie muy exitosa en su tiempo y las que fuimos sus seguidoras hemos crecido y evolucionado, a veces cuando la serie o incluso las películas STC las repiten en la TV, una se queda ahí pegada viendo los capítulos anteriores y aún me siguen gustando.

Y la pregunta que me hago si una como mujer, ha evolucionado, ha crecido, ha madurado, ha cambiado su forma de vida, y los hombres ya no son el centro de nuestra vida. Incluso en estos días, gracias al dolor de Shakira, todas las mujeres se abanderaron con la frase «Las mujeres no lloran, las mujeres facturan» donde están esas mujeres empoderadas, que vemos en «Just like that».

Mujeres que saben en qué trabajan, porque con lo caro que es vivir en Nueva York, como la renta de un alquiler e incluso comer allí, es una fortuna cómo viven estas mujeres llenas de lujo. 

Nuestra protagonista Carry a sus 58 años, nos encontramos con ella una vez más viviendo en su antiguo apartamento de soltera, haciendo unos pinitos, escribiendo artículos de sus viejos libros, una espera que ya fuera editora en jefe de una gran editorial de revista digital, o al menos que nos presentará su vida real dueña de una tienda de zapatos, que si no la han visto aquí les dejo el link porque amo la tienda que tiene Sarah Jessica Parker y me encantaría verla en la serie como la gran empresaria de una de sus pasiones los zapatos.

Sin embargo, la serie nos muestra que vive en el mismo departamento pequeño de soltera, porque Big se murió y vendió el departamento, el único guapetón de la serie lo despide así como si nada, porque ella quiere un encuentro casual de día jueves, y para que decir lo de Miranda, a ver era famosa por tener un carácter insoportable y ser una trabajólica abogada y se va California a estar con su “novia” entiendo que sea lesbiana, pero con Scott lo mangoneaba como quería y aquí ella es la gatita que se le domina como si nada es difícil de comprender y aceptar.

Por su parte Charlotte siempre fue mi personaje preferido, pero su rol de niña tonta e ingenua ya no le va, y el marido era lo más simpático y aquí es un tonto que ni piensa, de verdad que ver la serie es un tortura, o como dice mi hermana un comercial de moda.

Hablemos de la moda si está bien, pero más allá de ser las protagonistas, las encargadas de la moda igual a una le gustaría ver una propuesta más Neoyorkina como los antiguos desfile de moda y más actividad.

Así fue mi opinión, los primeros capítulos Ya vamos por el séptimo capítulo y no sé si fueron los malos comentarios en Twitter o que, pero al parecer he visto un cambio, en los dos últimos episodios, por fin he visto que nuestras protagonistas se adaptan a su edad, con problemas más maduros, con encuentros con sus ex de una forma que los une más la nostalgia y el buen recuerdo que una noche loca en cama.

Hemos visto una Charlotte que cansada de ser la mamá perfecta, decide volver al trabajo no por dinero sino por el valor de ella misma como persona, hemos visto una Mirada que ahora decide por sí misma y vuelve a su trabajo de abogada y es reconocida por su experiencia.

Vemos problemas de Millennial versus vintage que son los problemas del día a día en unas mujeres que ya no tienen miedo a verse en el espejo y que se aceptan como son. 

Porque el verdadero empoderamiento femenino no es gritar al mundo, soy libre, es que ya el mundo no te importe lo que digan por qué tú ya eres libre de amarte tal cual eres.