por Catalina Donoso
Empire of Light evoca la nostalgia del mundo del cine, para los que crecimos en los 80 quizás fuimos la última generación que se acuerda de esos cines de 2 pisos con proyectores de cinta techos dorados decorados rococó con pesadas cortinas de terciopelo rojo que se abrían lentamente para permitir ver la pantalla el escuchar el ruido de la cinta girar rápidamente el mover las luces del proyector viajar a través del espacio para proyectarse en la pantalla y ver la cinta, el intermedio cuando la película duraba más de una hora y media para cambiar el rollo de la cinta.

Esas tardes de domingo cuando una se vestía con sus mejores vestidos para ir al cine, y subía las escaleras de un cine elegante que parecía un pequeño teatro de ópera. Aún recuerdo las bolsitas blancas de papel que una llevaba en la mano solían ser almendras confitadas de colores o gomitas con coco, que se vendían en el elegante escaparate a la entrada.
Solían haber dos niveles, los de platea que costaban más caras las entradas y los de galería que era más barata las entradas y no se requería ir tan elegante.
Con el paso del tiempo estos cines fueron desapareciendo, uno a uno, quedando un vago recuerdo de esos años dorados del cine. Aunque algunos suelen llamarse cine arte. Hoy esos grandes y voluptuosos teatros y salas de cine han apagado sus luces, y las nuevas generaciones van al centro comercial a ver el multisalas donde se exhiben una decena de películas simultáneamente, donde los asientos de terciopelo han sido cambiados por un cuero sintético y las modernas son más grande y con un sonido envolvente.
Me disculpan esta larga introducción, pero para presentar «Empire of Light» o «Imperio de las luces» es necesario recordar esta época, pues el director Sam Mendes recoge las experiencias de la vida de su madre y las plasma en esta película llena de romanticismo cinematográfico, la primera escena de la película es eso un recorrido precioso por cómo eran los cines de antaño con sus luces doradas sus asientos de terciopelo rojo y esas grandes cortinas infinitas que ocultaban la gran pantalla.

Así conocemos donde trabaja Hilary (Olivia Colman) la encargada del cine local de un pueblo costero británico. Junto a ella su manager interpretado por (Colin Firth) quien le solicita trabajos maritales extra de sus funciones laborales, algo que la tiene en una continua depresión, pues ve su vida tan apagada y perdida como las mismas obsoletas salas de cine.
Sin embargo, para alegrar el ambiente rutinario del cine llegará un nuevo empleado, When Stephen (Micheal Ward) que no solo despertará en Hilary unas nuevas formas de vivir, sino que le dará sentido a su vida.
La película también toca los momentos raciales de los 80 en el Reino Unido, como esas diferencias eran una gran barrera para surgir en la vida profesional, así como las relaciones amorosas en la adultez.
Tanto el director Sam Mendes como el cineasta Roger Deakins ambos ganadores del premio Óscar vuelven a reunirse una vez más para trabajar junto a este romántico film, quizás uno de sus proyectos más sencillos y poco pretenciosos, pero que bajo la simplicidad invita al espectador a ser parte de esa familia trabajadora de las salas de cine, pues cada empleado es muy diferente en sí, pero pone su corazón a lo que hace.
Roger Deakins ganador de un premio Óscar por mejor fotografía en la película 1914 romántiza las escenas con tomas muy simples, pero son sutiles y agradables de ver que son un poema para los ojos.
Sam Mendes contó a la audiencia que siempre estaba fascinado con Olivia Colman que se enamoró de ella cuando la vio en casa interpretando a la Reina Isabel y que sería perfecta para interpretar Hilary un rol que el director considera muy personal, pues en este personaje está mucho de su madre que sufrió de depresión y soledad en su madurez.


Micheal Ward, Sam Mendes, Olivia Colman Tanya Moodie en el Searchlight Pictures Empire of Light 2022 Toronto International Film Festival Premiere
La película fue presentada durante el estreno mundial en el festival de Toronto, TIFF, para mi sorpresa y sin esperar nada se apagan las luces y los asientos vacíos que estaban a mi espalda se sentó Oliva Colman más atrás estaba Sam Mendes y junto a él, Roger Deakins no me lo podía ni creer imaginen mi impresión al verlos tan cerquita de mí en el cine.

La película se estrena a finales de este año en las salas de cine.