por Catalina Donoso
Es una miniserie británica, que se acaba de estrenar en la plataforma de Netflix este thriller psicológico y atrapante drama judicial, nos transportará al escándalo, la seducción, y los privilegios de una élite británica que siente que está más alto de la moralidad.
La historia se desarrolla cuando James Whitehouse un guapo y perfecto político con un curriculum impecable, aparente buen esposo y padre de familia, es acusado de acoso sexual, por ello será llevado a la corte donde tendrá que enfrentarse a la justicia con la abogada Kate Woodcroft, que también posee un historial impecable, Kate será la encargada de la fiscalía para llevar el caso; sin embargo, las apariencias engañan, ya que ella tiene un pasado que la persigue y hará que la balanza de la justicia se incline más para su lado que para lo que la ley dice.

Esta serie de 6 episodios de 1 hora de duración, cada uno nos invita a varias reflexiones, entre ellas ¿Dónde comienza el consentimiento sexual en una pasión descontrolada? ¿Qué diferencia hay entre la pasión y la revancha? ¿Es el silencio un formato de la mentira?
Así este thriller mantendrá a la audiencia enganchada, yo debo confesar que me la vi en un fin de semana porque aunque es una serie muy sencilla y minimalista, la trama te mantiene curioso por saber, cuál será el desenlace final, aunque personalmente me pareció un poco fantasioso el resultado de cómo se le dio el epílogo a la serie, deja un punto de reflexión para que el espectador haga una autocrítica del caso.

La serie posee una gran puesta escénica con un guión de expertos como la producción ejecutiva: David E. Kelley (Big Little Lies; Goliath: Poder y debilidad) y Melissa James Gibson (House of Cards; The Americans ) Cuenta con un gran elenco como Sienna Miller (Francotirador; La voz del asesino), Michelle Dockery (Los caballeros; Downton Abbey), Rupert Friend (Homeland; La muerte de Stalin), Naomi Scott (Aladdin; Ángeles de Charlie.
El casting está muy bien hecho pues complementa cada una de las cualidades de los personajes, Sienna Miller se siente la esposa elitista que ha vivido ciega de los abusos de su marido, porque los privilegios de la sociedad la han puesto en una posición muy cómoda, Rupert es el guapo político con cara de bonachón, que te hace creer en toda la serie que su punto de vista en la relación es válida y está siendo abusado por la revancha de una pasión no correspondida, por su parte Michelle que ya la hemos visto como Lady Mary en Downton Abbey te convence como la fiscal que no parará hasta buscar justicia que ella necesita.
¿Vale la pena verla?
En lo personal yo me entretuve, me la pasé bien viéndola, pues mantiene al espectador cautivado en el sofá, quizás el resultado final no es lo que yo esperaba y cae un poco, pero para ser una serie de ver en casa está bien además como es muy cortita se pasa rápido.
Sobre el caso de acoso sexual
Después de muchos años, la mujer siente que por primera vez puede alzar la voz y ser escuchada en vez de ser juzgada. Por muchos años, la mujer tuvo que guardar silencio en este tema, sobre todo si el hombre estaba en una posición de poder e influencia como en el personaje de esta serie, que se puede pensar impensable de llevar a la luz este acto depravante sobre un político tan importante y de gran renombre.
Quizás lo importante es saber una cosa, más allá de la justicia, no autoculparse, no buscar justificaciones del acto en sí, no aceptar que estuviste en un mal lugar o en un mal momento, no todos los hombres caen en ese oscuro pasaje de mentiras y engaños, pero es importante, y en cierta medida, que hay veces que para ser mujer, es necesario dejar la dama de lado y hacer valer sus derechos como ser humano en todo momento, para que después no sea demasiado tarde, caer en situaciones frustrantes que nos fueran las más ideales.
En otras palabras, nunca tenga miedo de recordarle a una persona, sea quien sea, cuál es su lugar y que no debe pasarse de la raya, que los listillos ya son cosa del pasado, y ahora hay una justicia que está detrás de lo que por muchos años se guardó silencio.