11 Honoré is a size inclusive e-commerce site that provides a first of its kind shopping destination for designer clothing sizes 10 to 20.
With a strong belief that anyone who has the desire to participate in fashion and express themselves sartorially should be seen, heard and included, 11 Honoré not only curates high-end designer clothing in plus sizes but also works hand in hand with top designers and brands to help facilitate the size expansion of their collections. By doing this, 11 Honoré is eliminating the formulaic faults of the fashion industry and re-designing its future to be more diverse and inclusive.
Through a groundbreaking product offering, exclusive capsules and elevated content and imagery, 11 Honoré is opening a world of fashion possibilities that were previously inaccessible to women size above a size 10, changing the industry paradigm to serve a previously overlooked market that is now being thoughtfully considered as an important part of the fashion conversation.
Las pasarelas de la Semana de la Moda de Nueva York están siempre en constante evolucionando, pero pocas marcas se han comprometido de verdad con cambiar las cosas como la marca 11 Honoré en su debut en Spring Studios. La tienda de tallas inclusivas llenó su pasarela de modelos muy conocidas, entre ellas Candice Huffine, Marquita Pring, Precious Lee, Stella Duval y Tara Lynn. Pero su casting no fue lo único que marcó la diferencia. En lugar de mostrar la colección de la casa, el desfile sirvió de escaparate para que múltiples diseñadores de renombre, como Joseph Altuzarra, Christopher Kane, Brandon Maxwell y Prabal Gurung, se atrevieran con una amplia gama de tallas que normalmente no sacan a la venta. Además, el vínculo de la marca con Shopify permitió comprar la mercancía según iba saliendo a la pasarela.

Con el hashtag #thenewrunway como grito de guerra en redes sociales y un deslumbrante front row cuajado de actrices e influencers body-positive, el espectáculo tuvo todos los requisitos clásicos de la Fashion Week excepto porque, esta vez, las chicas tenían el poder. La multitud estalló en vítores al paso de la veterana modelo de tallas grandes Emme, y no dejó de aplaudir cada vez que un rostro familiar salía a escena. Modelos de todas las siluetas, edades y tamaños desfilaron sonrientes, deleitándose con sus looks y conectando con el público de manera diametralmente opuesta al típico ceño fruncido impasible que a menudo se exige en las pasarelas.

Nadie encarnó la gozosa energía de la colección mejor que Laverne Cox, encargada de poner el broche de oro con una vibrante actuación al estilo de Pat Cleveland. Cox, que preparó su intervención visualizando imágenes clásicas de Naomi Campbell y Debra Shaw, la musa de Thierry Mugler, se mostró muy satisfecha de haber podido dar a la Semana de la Moda de Nueva York el primer gran chute de emoción. «Mi esperanza era la de evocar pasión», expresaba en el backstage después del show. «Para mí, la moda va de sentir emociones, es una experiencia aspiracional pero también inspiradora. Me encanta quedarme sin aliento, así que quería canalizar esa [energía] y lo que significa para mí y para mi cuerpo”. La formación en ballet clásico de Cox definió sus movimientos, pero el suntuoso vestido de Zac Posen fue lo que dio finalmente sentido a todo. «Cuando llevo un tul como este solo puedo pensar en La Sylphide», dijo, citando también como referencia la coreografía clásica de August Bournonville. «Ha sido increíble, la música, el ambiente, el vestido, y el estar ahí viviendo el momento”.