El fondo del aire es rojo, de Chris Marker (1977, 180′)

Vi 25 de mayo, 15.30 hrs. / Vi 1 de junio, 15.30 hrs. El gran documentalista francés analiza en este trabajo, hoy mítico, el devenir de los impulsos revolucionarios levantados en distintas partes del mundo en los años sesenta. La mirada de Marker es distanciada y se elabora una década más tarde. Por eso su documental, que posee material de archivo extraordinario, se estructura a partir de las primeras crisis de la Unión Soviética y del comunismo en el mundo, es decir, desde la confrontación de las utopías con la realidad.

Milou en mayo, de Louis Malle (1990, 107′)

Vi 28 de mayo, 18.30 hrs. / Ju 31 de mayo, 18.30 hrs. El último filme del director de “Adiós a los niños” es una comedia que observa las relaciones entre los miembros de una familia acaudalada y provinciana, que se reúne después de la muerte de su matriarca. Son los días de las revueltas de París y ante la probable amplificación de los hechos hacia otras ciudades, sus integrantes comienzan a reflexionar sobre la propiedad privada y retornan a sus viejos esquemas de clase social.

Tout va bien, de Jean-Luc Godard (1972, 95′)

Sa 26 de mayo, 18.30 hrs. / Ju 31 de mayo, 15.30 hrs. / Vi 1 de junio, 18.30 hrs. El inicio de una huelga obrera que desestabiliza los sentimientos aún candentes de mayo del 68, tensiona la relación entre una periodista estadounidense y su marido, un director de cine francés. Jean-Luc Godards, que en esos años realizaba sus filmes con el llamado Colectivo Dziga Vertov, junto a Jean-Pierre Gorin, estructura su relato a partir de una mirada radical y desencantada de la izquierda francesa. Su lenguaje, habitual en el realizador en esa época, apela al distanciamiento y a la observación de consignas y mensajes panfletarios. En ese registro, el plano-secuencia en el supermercado, es de antología.

Los amantes regulares, de Philippe Garrel (2005, 183′)

Do 27 de mayo, 15.30 hrs. / Do 3 de junio, 15.30 hrs. El tiempo transcurrido y la veta romántica acuñada por Garrel en las últimas décadas cristalizaron en esta cinta, una de las más hermosas e intensas películas del realizador. Filmada en un blanco y negro que en cierto sentido puede ser un homenaje a La madre y la ramera, el filme mítico de su amigo Jean Eustache, Los amantes regulares narra las vicisitudes de una pareja de jóvenes, un poeta y una escultora, que se conocen en medio de los momentos más intensos del “mayo francés” pero inician una relación al año siguiente, cuando la lucha ya es aparentemente historia. La cinta de Garrel se alinea entre esa urgencia política y el decantamiento pasional de sus protagonistas.