
James Cameron y Oona Chaplin, durante el rodaje de ‘Avatar: Fuego y ceniza’
Según ha contado James Cameron, en Avatar: Fuego y ceniza veremos a los Na’vi desde otro ángulo, porque hasta ahora sólo hemos conocido su lado bueno. “En las dos primeras películas hay ejemplos humanos muy negativos y ejemplos Na’vi muy positivos. En esta tercera parte haremos lo contrario”. En cuanto al título (Fuego y Ceniza) nos dice el director que “no creo poder decir mucho al respecto hasta que vean la película y entiendan su significado, pero si piensas en el fuego como odio, ira, violencia, ese tipo de cosas, y en la ceniza como la consecuencia de eso, entonces hablamos de dolor y pérdida ¿verdad? ¿Y qué provoca eso en el futuro? Más violencia, más ira, más odio. Es un círculo vicioso. Así que esa es la idea. Me llevó mucho tiempo encontrar un título que conectara con el contenido de la película”.
En Avatar: Fuego y ceniza repiten Sam Worthington, Zoe Saldaña, Kate Winslet, Stephen Lang y Sigourney Weaver, esta última repitiendo su personaje de la doctora Grace Augustine de la primera película. Un nuevo fichaje es Oona Chaplin, nieta de Charles Chaplin e hija de la gran Geraldine Chaplin. Oona es española (nació en Madrid en 1986) y en la película interpreta a una villana que vive en Pandora.
Cameron, que en agosto cumple 71 años, no quiere adelantar muchos detalles. Se limita a presentar unas cuantas imágenes impresionantes de escenas de la película. Desde que ganó el Oscar por Titanic (1997) todo el mundo sabe que es el Rey del Mundo, el Rey de Hollywood que hace literalmente lo que le da la gana. Avatar: Fuego y ceniza nos llevará por senderos nuevos, quizá más oscuros. El director dice que la película equilibra la aventura épica con momentos que profundizan en las emociones. «No la llamaría una película oscura. Creo que explora terrenos más oscuros que las anteriores, pero sigue siendo, obviamente, una gran aventura abierta y gloriosa, que es lo que aspiramos a hacer cada vez que nos embarcamos en un nuevo episodio. En cualquier caso, no tengo miedo de adentrarme en los aspectos oscuros de los personajes, porque creo que también eso es bueno. Creo que eso es lo que la gente realmente desea cuando conoce bien a un personaje, ya sea a través de una serie o de lo que sea que siga. Quieren saber más. Quieren saber más sobre ellos, descubrir cuáles son sus límites, por así decirlo. Y eso es lo que vamos a hacer».
LA CUARTA Y QUINTA ENTREGA YA ESTÁN EN MARCHA

Avatar: Fuego y ceniza no es el final del viaje. Todo es secreto, pero la cuarta entrega ya está casi terminada. Según James Cameron, las secuelas no se han improvisado, forman parte de un proyecto enorme que siempre tuvo muy claro en su cabeza. La empresa era tan ambiciosa que dividió los guiones de las secuelas entre el equipo formado por Rick Jaffa, Amanda Silver, Josh Friedman y Shane Salerno. «Nos reunimos durante siete meses y escribimos en la pizarra cada escena de cada película, pero no comuniqué a cada guionista en qué película trabajaría hasta el último día. Sabía que, si les asignaba sus guiones con antelación, se desconectarían cada vez que habláramos de la otra película».
Avatar 4 tiene previsto su estreno en diciembre de 2029. La quinta entrega también está en marcha y la veremos en diciembre de 2031. Esta última parte parece ser que se desarrollará en la Tierra. Pero Cameron, viejo zorro, no ha cerrado la puerta. El director ha dejado caer que, si el público responde, como ha ocurrido con las dos primeras, posiblemente se anime con una sexta y séptima entrega.
James Cameron se fijó en lo que hizo Peter Jackson con su trilogía de El Señor de los Anillos (2001). «Aprovecharon esa oportunidad para lanzar las tres películas en tres años. Pero él tenía todo planificado desde el principio, así que siempre podía mostrarles a los actores lo que necesitaban saber sobre el arco argumental de sus personajes. Sentí que debía hacer lo mismo. Tenía que enfrentarme a esto como si los libros ya existieran. Así que la única manera de lograrlo era escribir todos los guiones completos y dejar que los actores los leyeran y vieran hacia dónde se dirigían sus personajes y qué significaba todo. No es que sea factible en el momento, pero creo que es algo que los actores podrían incorporar en su preparación para sus personajes». Se calcula que estas secuelas costarán en conjunto más de mil millones de dólares.
Jon Landau, productor y colaborador de Cameron desde los tiempos de Titanic, afirma que la historia de cada secuela llegará a su propia conclusión y resolución emocional, pero cuando se vean como un todo, las películas crearán una saga épica conectada aún más grande. En lugar de sentir la presión externa asociada a hacer la secuela de un gran éxito de taquilla, los realizadores se someten ellos mismos a la presión para hacer las mejores películas posibles. “Cuando haces una película la presión está siempre presente pero la presión es la presión a la que nos sometemos nosotros mismos. Queremos ampliar los límites de la narración y cautivar al público. Y todo eso nos hace trabajar más duro”.
AVATAR (2009) COMIENZA LA AVENTURA
Cuenta la leyenda que cuando James Cameron vio a Gollum en El señor de los anillos: Las dos torres (2002) supo que podía rodar su viejo sueño. Los efectos CGI (generados por ordenador) habían avanzado lo suficiente como para poder hacer su película. El cineasta llevaba con el proyecto muchos años, y en 1999 ya lo tenía todo pensado, pero en aquel momento los efectos especiales no estaban tan desarrollados y ese obstáculo aumentaba el presupuesto a 400 millones de dólares. Ningún estudio quiso financiar semejante proyecto.
Avatar era un mundo que Cameron llevaba dentro hace mucho tiempo. El cineasta escribió un guion inicial en 1994, aunque aún no existían los medios para hacer realidad su visión. Al embarcarse en la producción más de una década después, este realizador pionero aportó la riqueza de conocimientos que había acumulado en los sets de sus éxitos anteriores tan inolvidables como Titanic (1997), Terminator (1984), Terminator 2: El juicio final (1991), Aliens (1986), Mentiras arriesgadas (1994) y Abyss (1989) hasta Avatar, creando una película de acción real que llevó la captura de la interpretación y la tecnología de efectos visuales a una nueva y sorprendente frontera. Sin embargo, Cameron siempre se aseguró de que la tecnología revolucionaria inventada para la película no ensombreciera las emociones que transmiten los personajes o el interés de la historia.
Todo era muy ambicioso. Para empezar Cameron presentaba un mundo nuevo, Pandora, un planeta alienígena con una atmósfera tóxica que requiere máscaras de respiración para los humanos. Los Na’vi, los habitantes del lugar se inspiraron parcialmente en un sueño que la madre del director tuvo sobre una mujer alta y azul. Avatar (2009) sigue las peripecias de Jake Sully (Sam Worthington), un infante de marina parapléjico que llora la muerte de su hermano gemelo y busca desesperadamente un nuevo camino, por lo que se apunta a una expedición al lejano planeta de Pandora. El objetivo de la misión, que él desconoce, es lo de siempre desde que el mundo es mundo: expulsar a los nativos «Na’vi» para explotar las riquezas de sus frondosos bosques. Sully se infiltra en el pueblo Na’vi mediante una identidad de «avatar» y enseguida conecta con los ideales de la tribu y se enamora de la bella alienígena Neytiri (Zoe Saldaña). Ahora los humanos son sus enemigos y su objetivo es parar el futuro exterminio. La batalla por el destino de Pandora acaba de comenzar.
En total, Avatar tardó cuatro años en completarse, desde la preproducción hasta su estreno. Era la primera película de James Cameron desde Titanic (1997), que fue la más taquillera de todos los tiempos hasta la llegada de ésta. Cameron se relevaba a sí mismo. Además, fue nominada a nueve Oscar, incluyendo dos para Cameron: Mejor película y Mejor director, pero perdió ambos ante su exesposa Kathryn Bigelow por En tierra hostil. Esa fue la única vez que una pareja o expareja competían por el mismo Premio de la Academia. Ganó tres: Fotografía, Efectos visuales y Dirección artística.
CAPTURANDO EL MOVIMIENTO

La gran revolución de la película tenía que ver con la técnica llamada Captura de movimiento (Motion Capture) o la interpretación y movimiento de los actores y el traslado de esos gestos y movimientos a un modelo digital. Los protagonistas llevan trajes especiales con sensores que registran sus acciones. En Avatar: El sentido del Agua, nunca vemos a Sam Worthington, Zoe Saldaña o Kate Winslet, pero son ellos y sus interpretaciones tienen el mismo sentido, aunque estén bajo la apariencia extraterrestre del planeta Na’vi. Por ejemplo, Kate Winslet, que en El sentido del agua interpreta a Ronal, líder del clan acuático donde se refugian Jake y su familia, realizó ella misma todas sus escenas submarinas y superó el récord de aguantar bajo el agua en un rodaje. La marca de Tom Cruise en Misión: Imposible – Nación secreta (2015) era de seis minutos, Kate aguantó siete minutos y 15 segundos. También Sigourney Weaver (Kiri, la hija adoptiva de Jake Sully y Neytiri) se entrenó en apnea para rodar las secuencias acuáticas de captura de movimiento.
AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA (2022) CAMERON SE SUPERA
Todo el universo Pandora, pero sumergido en el agua. La apuesta se dobla con esta secuela donde nos encontramos a Jake como el felizmente casado patriarca de su familia y líder del clan Omatikaya, habitando completamente su cuerpo Na’vi. “La familia es nuestra fortaleza”, le recuerda a menudo a su esposa Neytiri y a sus hijos, Neteyam (Jamie Flatters), Lo’ak (Britain Dalton), Tuk (Trinity Jo-Li Bliss) y a su hija adolescente adoptada, Kiri.
Los humanos siguen con su plan de colonizar Pandora porque la Tierra agoniza. En su loco objetivo, arrasan las selvas y persiguen a Jake y familia, que están refugiados en la costa oriental de Pandora. Allí son recibidos a regañadientes por el clan del arrecife Metkayina, hasta que se terminan integrando en su nueva vida en el mar.
Cuando el Coronel Quaritch (Stephen Lang) se entera de que Jake podría estar viviendo entre uno de los numerosos clanes de los arrecifes, se centra en devastar aldea tras aldea. La persecución de Quaritch conduce no solo a una batalla naval épica que enfrenta a las fuerzas de la RDA contra Jake, Neytiri y las gentes de Metkayina, sino también a una confrontación muy personal.
El reto era enorme porque nadie había realizado antes captura de movimiento bajo el agua. Las técnicas para capturar a los actores interpretando a Na’vi en sets secos aún no existían para hacerlo en lugares mojados. Pero Cameron siguió adelante en un esfuerzo pionero en la historia del cine donde equipos de especialistas equipados con trajes de neopreno especiales y cámaras de captura facial buceaban en apnea. El resultado es una auténtica maravilla, de alguna forma más impresionante que la primera por las escenas acuáticas y las criaturas marinas que aparecen.
El aplauso fue general y recibió cuatro nominaciones al Oscar (Película, Efectos visuales, Sonido y Diseño de producción). Además, pocas veces en la historia una película y su secuela han sido nominadas al Oscar principal (como es el caso de las sagas de El padrino, El señor de los anillos y Dune, Siguiendo mi camino y Las campanas de Santa María o El mago de Oz y Wicked).
En cuanto a los números, en estos momentos Avatar: El sentido del agua ocupa el puesto tres en la lista de las películas más taquilleras de la historia del cine.
Cameron ha dedicado muchos años de su vida creativa a las películas de Avatar y dice que está decidido a asegurarse de que las secuelas sean entretenidas y repletas de espectáculo además de ser conmovedoras y emotivas. Al mismo tiempo, las ha imbuido de temas que son importantes para él como la protección del medio ambiente y, por supuesto, la importancia de la familia. “Creo que no hay nada más que quiera decir cinematográficamente hablando que no vaya a decir en las películas de Avatar”.
SAM WORTHINGTON BAJO EL PERSONAJE

Este verano de 2025 cumple 49 años y nació en Inglaterra, pero se considera australiano porque vive allí desde niño. En 2007 se enfrentó a un cocodrilo asesino en la muy entretenida El territorio de la bestia (Rogue), una película australiana que emiten constantemente por televisión. Luego estrenó consecutivamente tres grandes producciones de Hollywood: Terminator: Salvation (2009), Avatar (2009) y Furia de Titanes (2010). Aunque las películas donde pudo demostrar lo buen actor que es no son esas, son las que rodó a continuación: La deuda (The Debt) (2010), sobre tres agentes del Mossad, Sólo una noche (Last Night) (2010), drama de dobles parejas con Keira Knightley, Eva Mendes y Guillaume Canet, y Tierra de asesinatos (Texas Killing Fields) (2011), excelente thriller ambientado en los pantanos de Texas.
Esto, y mucho más, es lo que ha hecho hasta ahora Sam Worthington, un actor que debía ser el más popular del mundo por su protagonismo en la saga Avatar y, sin embargo, pocos le ponen cara por su condición de Na’vi.
CONTRATAR A ZOE SALDAÑA ES UNA BUENA IDEA

Por haber participado en las millonarias sagas de Avatar, Los Vengadores y Piratas del Caribe, está considerada la actriz más rentable del mundo. En ese sentido, es la primera (y hasta la fecha, la única) de la historia en protagonizar cuatro películas que han recaudado más de dos mil millones de dólares en taquilla: Avatar (2009), Vengadores: Infinity War (2018), Vengadores: Endgame (2019) y Avatar: El sentido del agua (2022). Además, ha ganado el Oscar como actriz de reparto por Emilia Pérez (2024). Definitivamente, Zoe es lo más.
Nació en Nueva Jersey en 1978, de padre dominicano y madre portorriqueña y todavía recuerda que cuando se presentó a las pruebas de Avatar (2009) «vivía en Nueva York y me enteré de que James Cameron estaba preparando una película. Al principio pensé que la cosa iría de esa franquicia japonesa cuyos derechos son suyos (la actriz se refiere a Alita: Ángel de combate); pero no volví a saber nada. Luego, como un mes después, me llamaron porque querían volver a verme… y sólo tenía los extractos del guion que nos dieron para las pruebas, donde aparecía esa chica de una tribu en la jungla… Todo un poco raro. Pero un mes después, alrededor de julio de 2006, me volvieron a llamar y me dijeron que en una semana me tenía que presentar en Los Ángeles para verme con James Cameron. Recuerdo estar muy nerviosa, pero él es una persona muy educada y accesible. En realidad, en vez de una prueba en la que te hacen actuar, terminó siendo como un encuentro para conocernos».
Una de cal y otra de arena, porque la actriz también ha recordado lo poco que le gustó trabajar en Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (2003): «No, para nada me gustó la experiencia. Si eso es por lo que tengo que pasar para hacer una película de Hollywood, prefiero hacer otra cosa. Simplemente no es lo que busco ni lo que me gusta».
