En medio del bullicioso barrio Meiggs, en Estación Central, se esconde un rincón que, a simple vista, pasa inadvertido. Detrás de su fachada sencilla, La Viseca resguarda una parte esencial de la identidad musical chilena: la memoria viva de la cueca urbana.
Este pequeño mercado, conocido por décadas como punto de encuentro para músicos, cultores y amantes del folclore, se transforma en el documental de Christian Heyer en un espacio íntimo donde conviven recuerdos, voces emblemáticas y un presente que se niega a desaparecer.
La Viseca no sólo retrata un lugar; retrata un espíritu, una tradición que persiste entre pasillos apretados, guitarras gastadas y personajes que han convertido este sitio en patrimonio afectivo del país.
La película tuvo su estreno en el festival In-Edit, donde destacó por su sensibilidad, su valor documental y la manera en que rescata una historia que merece ser contada, celebrada y protegida.
Un homenaje necesario a la cueca urbana y a quienes la mantienen viva, día tras día, desde este modesto pero poderoso corazón cultural de Santiago.
En un rincón del barrio Meiggs, en Estación Central, se esconde un mundo lleno de color armonía y magia nacional que, a simple vista, pasa inadvertido. Detrás de su fachada sencilla, La Viseca resguarda una parte esencial de la identidad musical chilena: la memoria viva de la cueca urbana.
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