por Catalina Donoso
Fui a ver esta película por dos razones: primero, porque mis compañeros críticos de cine me dijeron “tienes que verla, está muy buena”, y segundo, porque está basada en Stephen King. Con esos dos precedentes, no podía resistirme.
Curiosamente, ese día olvidé mi teléfono en casa y tuve que regresar, lo que hizo que caminara más de 20 mil pasos. Cuando finalmente llegué al cine, estaba exhausta. Quería caminar para sentir ese fervor, pero nunca imaginé lo que viviría ahí sentada en mi butaca.
La película, ambientada en los años 70, “Camina o muere” (The Long Walk), fue escrita por Stephen King entre 1966 y 1967, durante su primer año universitario. Fue publicada en 1979 bajo el seudónimo de Richard Bachman, siendo la segunda novela escrita bajo ese nombre. King decidió usar un seudónimo para eludir las limitaciones de publicación de la época y para probar si su éxito se debía a su talento o a la moda del momento.
La película de 2025 está ambientada en una versión alternativa de los años 70, en una América devastada por una segunda guerra civil y controlada por un régimen totalitario. La historia se desarrolla en este contexto distópico, lo que le da un tono retro y sombrío.
Si eres fan de Los juegos del hambre o El juego del calamar, esta es tu película. Dirigida por Francis Lawrence, conocido por Los juegos del hambre, cuenta con un elenco joven encabezado por Cooper Hoffman y David Jonsson, quienes interpretan a dos adolescentes forzados a participar en una marcha mortal, donde la regla es clara: si te detienes, mueres. Además, Mark Hamill interpreta al villano de la historia.
El filme ha recibido críticas mayormente positivas, con un 90% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes. Los críticos han elogiado las actuaciones de Hoffman y Jonsson, destacando la humanidad que aportan a sus personajes en este relato distópico. Sin embargo, algunos señalan que puede resultar difícil de ver debido a su tono sombrío y la violencia gráfica que presenta.
La película narra la historia distópica de un mundo posapocalíptico, donde jóvenes se reúnen para una competición: una caminata de más de cinco días sin parar, noche y día, sin dormir, ni siquiera detenerse para ir al baño. El que termine la carrera no solo podrá ganar un suculento premio, sino pedir todo lo que desee. Por esta razón, los participantes más ansiosos de poder y gloria se ven seducidos a participar, ciegos de lo que les espera: terror al extremo.
Como en la vida misma, una vez que llegas al mundo, ya no puedes parar; es un reloj de tiempo que jamás se detiene. Así, la caminata empieza con los chicos haciéndose amigos, burlándose entre ellos y conversando para pasar el rato. Pero al caer la primera noche, el cansancio les gana y empiezan a caer uno a uno en un lugar sin tregua por sobrevivir.
La película es cruda: las muertes son salvajes y transmite el dolor no solo físico sino emocional. Debo decir que, cuando terminó, yo misma terminé agotada. Es una película dura, pero las actuaciones son magistrales. Mark Hamilles único y lo odias a morir, pero eso es justamente lo que gusta: que te remueva del asiento. Tanto Cooper Hoffmancomo David Jonsson son el alma de la película; sientes cada paso, cada dolor, cada sudor, cada hambre, cada sueño… es una agonía tras otra.
La verdadera moraleja de esta película es la importancia de decidir lo correcto en la vida. Nuestra vida está influenciada por muchas cosas, pero cuando tomamos una decisión, no hay punto de retorno; puede afectar nuestra existencia para bien o para mal. Esto es especialmente vital para la juventud, que aprende que cada elección tiene consecuencias y que reflexionar sobre quiénes somos, cuánto valemos y cómo elegimos vivir es fundamental. La película cuestiona el verdadero precio de la libertad, del amor al prójimo y la dificultad de decidir entre tu vida y la de tu amigo, explorando el sentimiento de culpa y los sacrificios que enfrentamos.
Positive Diva Magazine 