Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo. Poema 20 – Pablo Neruda
Estas son las palabras del poeta Pablo Neruda en el Poema 20. Siempre me he preguntado: ¿por qué dos almas que se han querido y jurado amor eterno terminan siendo sus más grandes enemigos? ¿Qué significa amar de verdad? ¿Es acaso solo una ilusión de nuestra mente, un ser que creamos que no existe y, al ver la realidad, lo abandonamos? Si el verdadero amor es aceptar a una persona tal cual es, entonces, ¿por qué insistimos en poseerla y cambiarla a nuestra manera?
En la búsqueda del amor eterno sobre la faz de la tierra, nos vemos enjaulados en dos procesos: el terror a la soledad y el miedo a lo que dirán. Preferimos estar atados a una relación que ya no nos hace felices, sumergidos en una mentira que se convierte en una constante agonía. Lo que fue amor, pasión y felicidad se vuelca en nuestra contra.
Esa fue la base de la novela La guerra de los Rose (The War of the Roses) de Warren Adler, que vuelve una vez más a la gran pantalla. La novela ha sido adaptada por Tony McNamara y dirigida por Jay Roach, con un elenco de primera: Benedict Cumberbatch y Olivia Colman. Esta nueva adaptación nos muestra a una pareja británica con sus clásicas costumbres de diálogo antes que los dramas, y nos enseña no solo la guerra de una pareja, sino las guerras de poder, fama, roles, situación económica y postura ante la sociedad.
A diferencia de su antecesora, «La guerra de los Rose» (1989, dirigida por Danny DeVito), esta versión muestra las debilidades y rivalidades humanas. Me gustó que la película fuera diferente y no un remake: hubiera sido muy difícil emular a Danny DeVito como el abogado y a los icónicos Michael Douglas y Kathleen Turner. Esa película es una obra maestra y siempre será recordada, pero «The Rose» del 2025 tiene su propio valor y nos deja reflexionar sobre otros aspectos del amor y las relaciones.
Volviendo a «The Rose» del 2025: chico conoce a chica, se gustan, se casan y se van a vivir a California. Tienen dos hijos y una vida bella y apacible. El padre, bonachón y proveedor, cumple su función de marido, padre y amante; no solo cuida a su familia, sino que también apoya los sueños laborales de su esposa. Los roles están muy marcados al principio de la película, pero un buen día el exitoso arquitecto se ve envuelto en una tormenta y toda su vida colapsa ante sus ojos. Por otra parte, la vida de Ivy da un giro de 100 %: su restaurante, que fue casi una donación de su marido para entretenerse, se convierte en un éxito y fuente de sustento para su familia.
Su fama llega a tal punto que es insuperable, y su marido no solo ve que su esposa lo mantiene y solventa los gastos del hogar, sino que no lo necesita. Ese abandono es uno de los peores sentimientos que un hombre puede experimentar: no ser necesitado. Sino verse ultragado en su rol de macho y desterrado a un rincón de su hogar al cuidado a sus hijos, ve cómo su matrimonio se deteriora poco a poco por las rivalidades de ambos, hasta que la pareja llega a odiarse de tal manera que los llevará al máximo de sus fuerzas.
La película muestra de forma reflexiva las relaciones de pareja: el ir y venir, quién tiene derecho al éxito y quién merece ser llamado padre. El tiempo es cruel y no vuelve atrás; cuando se han tomado decisiones, ya no hay nada que hacer. Una película muy interesante, que me encantó. La actuación de ambos es impresionante: Olivia es natural, fuerte y con una garra inmensa, pasando de ser una dócil ama de casa a precursora de un imperio culinario. Por su parte, Benedict, con temperamento dócil y comprensivo, pasa de ser un proveedor a un hombre que no sabe cuál es su rol en la vida.
Aunque ambos actores son de élite y lo hacen maravilloso, nunca me convencí de que esta pareja estaba hecha la una para la otra, pero sí me gustaron sus reflexiones. Es una película para ver y comentar.
Sin duda, el amor es un tema que siempre da qué hablar, tanto en la literatura como en la gran pantalla. Cada uno sabe cómo ama, pero cada uno guarda en su corazón las pasiones más grandes y los amores más especiales… pero no te rindas. Nunca dejes de amar.
Trailer The Rose
La guerra de los Rose
A diferencia de su antecesora, La guerra de los Rose (1989, dirigida por Danny DeVito), esta versión muestra otro tipo de relación. Michael Douglas jamás pierde su posición de macho o proveedor; al contrario, impide reconocer que su mujer no solo es bellísima, inteligente y sensual, sino que además tiene el mundo a sus pies y no lo necesita. Su rivalidad en esta película es más pareja.
La película, en forma de humor, nos hace una invitación a la reflexión. Danny DeVito lo hace extraordinario: su comedia es sobresaliente, y Michael y Kathleen son una pareja hecha la una para la otra. Su química es magnética y es un film buenísimo, digno de ver una y otra vez.