
A los 92 años, Kim Novak, la icónica estrella de Vértigo de Alfred Hitchcock, recibe el León de Oro a toda su carrera en el Festival de Cine de Venecia. En una entrevista exclusiva, la actriz reflexiona sobre su legado, su lucha por la autenticidad y su regreso al centro del escenario cinematográfico.
Un viaje hacia la autenticidad
Nacida como Marilyn Novak en Chicago, hija de inmigrantes checos, Kim siempre desafió las expectativas de Hollywood. A pesar de las presiones para cambiar su nombre y apariencia, se mantuvo fiel a su identidad. «Me contrataron porque pensaron que tenía algo especial, y lo primero que querían era darme una nueva cara», recuerda. «Necesitaba luchar para mantener mi propio sentido de quién era».
Vértigo: un papel profundamente personal
Su interpretación en Vértigo (1958) es considerada una de las más destacadas de la historia del cine. Novak se identifica profundamente con los personajes de Madeleine y Judy, quienes, al igual que ella, se ven obligadas a transformarse en algo que no representan. «Me encantó trabajar con Hitchcock porque me permitió convertirme en el personaje a mi manera», afirma. «Jimmy Stewart era como yo, un reactor, no un actor».

Desafíos personales y renacimiento artístico
Tras una exitosa carrera en Hollywood, Novak se retiró para vivir en un rancho en Oregón, donde encontró consuelo en la pintura y la vida rural. La muerte de su esposo, Robert Malloy, en 2020, marcó un periodo de profunda reflexión. «El arte es lo que me salvó; pinto al menos ocho horas al día», comparte. «Vivir sola es satisfactorio para mí. Aprendí de mi madre que debo ser la capitana de mi propio barco».
Compromiso con la verdad y la justicia
Novak ha sido una defensora de la autenticidad y la justicia social. Tras una aparición en los Oscar en 2014, donde fue objeto de críticas crueles por su apariencia, habló abiertamente contra el acoso y la intolerancia. «Siempre he tenido una fuerte sensación contra los matones», afirma. «Los dictadores están tomando el control del mundo, incluyendo Estados Unidos. Demasiadas personas no están defendiendo sus derechos y lo que importa en la vida».
Un legado de integridad
Al recibir el León de Oro, Novak reflexiona sobre su carrera y su vida. «Es increíble sentirme apreciada y recibir este regalo antes del final de mi vida», dice. «Creo que me están honrando tanto por ser auténtica como por mi actuación. Ha sido un círculo completo».

