
Llegué al Movistar Arena la noche del 23 de agosto con el corazón latiendo a mil por hora. El frío de la noche no importaba; la emoción me calentaba desde dentro. Afuera, los gritos de las fans resonaban por todas partes: “¡Ahí viene Chayanne!”. Cuando vimos entrar tres automóviles negros al recinto, el corazón empezó a palpitar aún más fuerte. Era imposible contener la ansiedad; finalmente, estaba a punto de ver a un ídolo que ha sido parte de mi vida durante años.
Al entrar al concierto, quedé impresionada. Un escenario inmenso ocupaba toda la pista de punta a punta, con enormes carteles de Chayanne y pantallas LED que proyectaban cada gesto con una claridad sorprendente. El público era mayoritariamente femenino, alrededor del 85%, y muchas lucían camisetas del cantante, coronas de flores y pancartas hechas con cariño. Había algo muy especial en la atmósfera: se sentía un sentimiento de amistad y camaradería entre las fans, un vínculo de años compartiendo la música y la pasión por Chayanne.
El concierto comenzó alrededor de las 21:20 horas y se extendió por más de dos horas. Desde el primer momento, los pies no podían quedarse quietos. Cada canción era coreada con intensidad: no solo se trataba de cantar, sino de acompañar al artista, de unir nuestras voces a las suyas como un eco colectivo que llenaba todo el estadio. En varias ocasiones, las fans desplegaron banderines chilenos, globos rojos iluminados y otras coreografías coordinadas, creando un efecto visual impresionante que se movía como una ola humana de emociones. Era imposible no sentirse parte de ese mar de amor y entusiasmo.
Chayanne recorrió sus grandes éxitos: Bailemos Otra Vez, Salomé, Boom Boom, Un Siglo Sin Ti, Provócame, Caprichosa, Cuidarte el Alma, La Clave, Y Tú Te Vas, Yo Te Amo, Te Amo y Punto, Humanos a Marte, Como Tú y Yo, Madre Tierra (Oye), Dejaría Todo. En el encore, nos sorprendió con Tiempo de Vals, Bailando Bachata y cerró con el icónico Torero. Cada tema se vivía con intensidad, con aplausos, gritos y la complicidad de miles de fans que lo seguían al ritmo de cada canción.

La puesta en escena era impresionante: bailarines, coristas y una orquesta en vivo complementaban cada interpretación. Chayanne cambió varias veces de atuendo según la canción: jeans negros ajustados que resaltaban sus piernas de bailarín, brazos musculosos y ese bronceado perfecto, pero lo que realmente conquistaba era su sonrisa, capaz de enamorar a cualquiera. La combinación de luces, pantallas y sonido permitía disfrutar de cada detalle desde cualquier punto del Movistar Arena, y aunque había sillas para descansar, nadie podía permanecer sentado: los pies no paraban de bailar y las voces no dejaban de corear.
La noche fue mucho más que un concierto: fue un encuentro emocional. Las fans no solo lo siguen; han crecido con él, han compartido su música en los momentos importantes de sus vidas y lo sienten parte de su historia. Esa lealtad y amor se reflejaba en cada gesto, en cada ola de luces, en cada grito de “¡Chayanne!” que resonaba por todo el estadio.
Cuando terminó, salí del Movistar Arena con la sensación de haber sido parte de algo único. Había vivido más que un show: había formado parte de una ola de emociones compartidas, una experiencia intensa que quedará grabada en mi memoria para siempre.
Descubre todas las mejores fotos del concierto y las fans
En nuestra cobertura, no solo compartimos la experiencia del concierto, sino también los testimonios de fans increíbles que hacen de cada show algo mágico:
Una familia entera vino vestida con la camiseta de Norma Barrera, su mamá que fue gran fan de #Chayanne y que hoy, aunque está en el cielo, estaba presente en espíritu junto a ellos.
Una fan cruzó desde Argentina, atravesando los Andes y la nieve, corriendo con ilusión para no perderse ni un instante del concierto.
Otra fan lo ha seguido desde que tenía 14 años, creciendo con su música y compartiendo su pasión junto a miles de seguidores que se unen en una sola voz para rendir tributo a su ídolo.
No te pierdas todos los detalles y emociones de esta noche mágica en nuestro artículo completo
