
por Catalina Donoso
El pasado 28 de mayo, la Embajada de Francia en Chile, en colaboración con el Instituto Francés, ofreció una cálida recepción a la delegación chilena que viajó este año a la ciudad de Cannes para participar en la 78ª edición del Festival de Cannes, así como a los profesionales del mercado cinematográfico presentes.
Es importante destacar el valioso apoyo entregado por la Embajada de Francia, que ha sido clave para consolidar estos espacios de visibilidad internacional. La sinergia entre ambas naciones, a través del arte, la cultura y la diversidad, demuestra que el cine no solo es un vehículo de expresión artística, sino también una herramienta de diálogo entre culturas.
Desde las alfombras rojas del festival hasta el trabajo silencioso detrás de cada producción, el cine chileno —así como la prensa y los críticos que difunden incansablemente su quehacer— continúa escribiendo su historia en el mundo. Esta labor conjunta abre nuevas oportunidades para los amantes y creadores del séptimo arte, fortaleciendo el reconocimiento internacional de nuestras voces cinematográficas.
El encuentro fue encabezado por el embajador de Francia en Chile, Cyrille Rogeau, quien dedicó un inspirador discurso al equipo de La misteriosa mirada del flamenco, ópera prima del director Diego Céspedes, recientemente galardonada con el prestigioso premio Un Certain Regard, que distingue a obras de visión autoral única dentro del certamen.
La emoción del elenco fue evidente: presentes en la recepción, compartieron con orgullo y gratitud este importante logro para el cine nacional. La cinta de Céspedes, marcada por una estética delicada y una narrativa poderosa, se alza como uno de los nuevos referentes de la cinematografía chilena contemporánea.
También asistió el premiado director Sebastián Lelio, quien participó en la competencia oficial con su más reciente película, La Ola, consolidando aún más la presencia chilena en el festival.
Uno de los momentos destacados fue el discurso de Alexandra Galvis, directora de Market Place y de la distribuidora BF, quien valoró el trabajo de la delegación chilena en el pabellón nacional, subrayando las oportunidades que se abren para el desarrollo de futuras coproducciones e intercambios.
El cine chileno sigue proyectándose con fuerza en escenarios internacionales, gracias al talento de sus creadores y al respaldo de instituciones que creen en su potencial. Cannes fue, una vez más, una plataforma para celebrar esa alianza entre arte y diplomacia cultural.
