
Por Catalina Donoso
La suave voz de Norah Jones me ha acompañado por años. Aún recuerdo cómo «Catching drip drop in my hand» se convirtió en una especie de mantra en tardes tranquilas, con más de una taza de té sobre la mesa. Canciones como “Don’t Know Why”, “Come Away With Me”, “Sunrise” o “What Am I To You” no solo forman parte del cancionero universal, sino que también nos han ayudado a reencontrarnos con nosotras mismas.
La música de Norah tiene esa magia: no invade, acompaña. Invita al silencio, al pensamiento íntimo, a mirar hacia adentro. Quizás por eso ha sido parte de su éxito durante estos 20 años. Porque no solo canta, sino que crea un espacio donde muchas personas han encontrado consuelo, calma o simplemente una atmósfera perfecta para existir.
Con su próximo concierto en Santiago de Chile, Norah promete no solo traer lo nuevo de su discografía (Visions, su último álbum, es una joya), sino también reencontrarse con las historias personales de cada uno de nosotros. Y eso, más allá de cualquier hit, es el verdadero regalo de una artista que sabe escuchar mientras canta.
Norah Jones: una artista en constante evolución

En una reciente entrevista con Vanity Fair, Norah Jones reflexionó sobre su carrera, su vida personal y su evolución artística. Con nueve álbumes en su haber y más de 11 mil millones de reproducciones, Jones ha explorado diversos géneros, desde el jazz y el country hasta el soul y el pop
Jones también habló sobre su podcast, Norah Jones Is Playing Along, donde colabora musicalmente con diversos artistas en conversaciones íntimas. Además, compartió cómo equilibra su vida profesional con la maternidad, adaptando sus giras para pasar tiempo con sus dos hijos y su esposo, el músico Pete Remm .
La artista continúa desafiando las expectativas y reinventándose, demostrando que la autenticidad y la pasión son las claves de su éxito duradero.
