por Catalina Donoso
En una noche cargada de emoción y simbolismo, el Festival de Cannes 2025 rindió homenaje a una de las leyendas vivas del cine: Robert De Niro, quien recibió la Palma de Oro Honorífica en reconocimiento a su trayectoria excepcional y a su incalculable aporte al arte cinematográfico.
El momento cumbre de la ceremonia llegó con la ovación de pie que saludó la entrada de Leonardo DiCaprio, encargado de presentar el premio a quien considera su mentor y modelo a seguir. “Robert De Niro no es solo un gran actor —es El Actor”, afirmó DiCaprio, recordando que fue gracias a él que conoció a Martin Scorsese, dando inicio a una cadena de colaboraciones que marcaron el rumbo del cine moderno. “No solo hicieron películas —redefinieron lo que el cine podía ser”, agregó, refiriéndose a la mítica dupla De Niro–Scorsese.
Al recibir el galardón, De Niro no solo agradeció al festival, sino que alzó la voz con fuerza y convicción en defensa de la libertad, la democracia y el poder transformador del arte. En un discurso que combinó la humildad del homenajeado con el espíritu combativo del ciudadano comprometido, afirmó:
“El arte es, por naturaleza, democrático. Es inclusivo. Reúne a las personas. El arte es una búsqueda de libertad. Es por eso que representa una amenaza hoy, una amenaza para los autócratas y fascistas del mundo.”
Consciente del momento político que atraviesa su país, De Niro hizo un llamado urgente a organizarse, protestar y votar, reafirmando la importancia del arte como forma de resistencia.
La ceremonia culminó con el carisma de Quentin Tarantino, quien desde el escenario del Grand Théâtre Lumière declaró con entusiasmo:
“¡Es un honor para mí declarar abierto el 78º Festival de Cannes!”
Con este emotivo inicio, Cannes no solo inauguró doce días de cine, sino que reafirmó su rol como faro cultural y espacio para la reflexión crítica. El homenaje a De Niro no fue solo un tributo a su carrera, sino una declaración sobre el papel fundamental del cine y el arte en la defensa de los valores humanos.
