por Catalina Donoso
El otro día, por casualidad, vi la serie Paradise. Debo confesar que la empecé porque me gusta el protagonista, James Marsden. A pesar de que siempre interpreta al novio perfecto—guapo, bueno—suele ser relegado a un segundo plano y pocas veces es el elegido por la protagonista. ¿Quién podía competir con Ryan Gosling en The Notebook, Patrick Dempsey en Encantada o incluso con Superman? Aun así, sigo viendo sus películas, acostumbrada a sus comedias románticas como 27 Vestidos y Walk of Shame, o a sus películas familiares como Hop y la recientemente estrenada Sonic. Marsden nos tiene habituados a este chico bonachón, siempre en la sombra.
Por eso, sorprende verlo en este nuevo rol: el presidente de los Estados Unidos, un hombre bebedor, mujeriego y con un aire tan casual que parece no tomarse en serio su cargo.
Pero, ¿por qué les hago este preámbulo? Porque cuando no esperas nada, es cuando la sorpresa llega. No fue hasta el final del primer episodio que me dije a mí misma: «¡Espera un momento! ¿Qué estoy viendo? ¿Qué clase de serie es esta?».
Si bien Paradise se presenta en el tráiler como una serie política y de espionaje—algo en la línea de House of Cards—la verdad no podría estar más alejada de eso. En realidad, es una serie de ciencia ficción con un tono muy Black Mirror.
La historia sigue a Xavier Collins, un agente del FBI que tiene una adorable familia con dos hijos. Es viudo, vive en un barrio tranquilo y trabaja como guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos, Cal Bradford (interpretado por James Marsden). Pero un día, al llegar a la casa del presidente, lo encuentra muerto. Así comienza una exhaustiva investigación: ¿quién mató al presidente? ¿Quién robó la tablet que contenía los códigos de seguridad de la nación?
Hasta aquí, parecería una serie más de política y crimen. Sin embargo, al final del primer capítulo nos revelan que nada es lo que parece. El mundo en el que viven no es el que creemos. A partir de ahí, cada episodio nos desvela secretos de los protagonistas y nos lleva al pasado para entender más sobre los habitantes de Paradise y cómo llegaron allí. La serie explora conspiraciones de gobierno, secretos de Estado y, al mismo tiempo, analiza de forma psicológica a los personajes y sus hábitos.
No quiero dar demasiados detalles para no arruinar la sorpresa, pero vale mucho la pena verla.
Al ver los cuatro primeros capítulos disponibles en Disney+
Me recordó a la Alegoría de la Caverna de Platón. En ella, los habitantes de la cueva solo ven sombras y creen que esa es la realidad. Pero cuando uno de ellos sale y descubre el mundo real, al regresar, los demás lo rechazan porque no quieren escuchar la verdad ni conocer el mundo exterior. Con esta serie, me pasó algo similar: me hizo cuestionar en qué mundo vivimos, qué es la realidad que nos muestran y qué cosas nos ocultan. ¿Hasta dónde llega la manipulación de los gobiernos? ¿Cuánto nos ciega la información que recibimos?
Todo esto y mucho más son algunas de las ideas que Paradise sugiere. Y aún quedan más episodios por descubrir.
¿Te animarías a verla?
La serie cuenta con un destacado elenco encabezado por Starring Sterling K. Brown, James Marsden, Julianne Nicholson, Sarah Shahi, Nicole Brydon Bloom, Aliyah Mastin y Percy Daggs IV; además es producida ejecutivamente por Dan Fogelman, Sterling K. Brown, John Requa, Glenn Ficarra, John Hoberg, Jess Rosenthal y Steve Beers. Es una producción de 20th Television.
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