por Catalina Donoso
Fui a ver la película «La vida de Jagna» de los directores de «Loving Vincent», quienes adaptaron la novela «Los campesinos» del escritor polaco Wladyslaw Reymont, ganador del Nobel de Literatura en 1924. Esta película tomó más de 10 años en ser finalizada y contó con la interpretación de actores reales, quienes fueron utilizados como modelos para luego colorear las escenas, creando una atmósfera de pintura basada en pinturas reales de la época.
Ver esta película resulta un festín visual, es sumergirse en un museo viviente, es dar vida a cuadros en formato 3D. Por momentos te olvidas de que es animación y te dejas sumergir en la belleza de su colorido junto a una bellísima música.
Sin embargo, no te dejes engañar, porque detrás de esa belleza de colores al óleo, se esconde un drama campestre de celos, lujuria y ambición.
Aunque el libro fue presentado en 1924, justo hace 100 años, podemos observar que la cultura de la cancelación no tiene fechas y es un fenómeno humano. Así veremos cómo nuestra protagonista, arrastrada por la pasión desenfrenada, será víctima de una conspiración del pueblo por arrebatarle todas sus posesiones.
Será aquí cuando veamos cómo la belleza es un arma de doble filo. Por un lado, Jagna es la mujer más bella y deseada del pueblo, pero también es la más envidiada, haciendo de su vida un infierno.
La película tiene un mensaje potente y ha conquistado varios galardones, incluyendo la nominación al premio Óscar de la Academia. El film se presentó durante el Festival de Toronto TIFF. La película es bastante dura, especialmente en el epílogo del film, donde los personajes son parte de un arrebato de crueldad, donde los derechos humanos nunca han existido.
Este pueblo pequeño con una población ignorante, controlada por una doble moral, castiga a quienes deciden vivir en libertad de expresión, entonces es aquí cuando la furia del pueblo se une para atacar a la joven. Entonces veremos cómo la ambición, los celos y la envidia destruyen todo a su paso como si fueran atacados por una marabunta de langostas.
En este film «La vida de Jagna», que se estrena a partir del jueves 6, utiliza una animación basada en la actuación de actores reales y se centra en Jagna, una joven campesina atrapada en una red de deseos y violencia patriarcal. El filme, de casi dos horas, ofrece una relectura feminista de la novela, mostrando a Jagna como víctima de la violencia patriarcal y su lucha por el empoderamiento.
La película combina la belleza visual del óleo con un potente contenido narrativo, destacando la vida rural del siglo XIX. A pesar de los desafíos, incluyendo la evacuación de artistas durante la guerra en Ucrania, los Welchman lograron completar el proyecto tras 10 años de trabajo.
«La vida de Jagna» es la apuesta de Polonia retratando la vida de los campesinos con un estilo dinámico y visualmente impactante.
Positive Diva Magazine 