«Boy Kill the World» Contra todos Bill Skarsgård llega con una mega película de acción

Boy Kills World Movie Review

por Catalina Donoso

A finales de los años 80 y 90, las películas de acción eran las más vistas por todos. No recuerdo qué edad teníamos, pero era lo más natural ver estas películas donde las muertes iban y venían casi incontables y la sangre corría como riachuelo. Por alguna razón, no nos afectaba, bastaba con que los padres dijeran que eso solo pasaba en las películas, no en la vida real, y uno no se afectaba. Así crecimos con películas como «Duro de Matar», «Robocop», «Desafío Total», «Commando», «Depredador», «Terminator 2: El juicio final», «Rambo: First Blood», incluso hicieron una parodia de Rambo, «Hot Shots», y por nombrar a «Kill Bill: The Whole Bloody Affair».

Cuando éramos niños, me adentré en el mundo de los videojuegos en las salas de juegos, esos salones donde había máquinas y uno tenía que luchar por ganarse el puesto y después demostrar la calidad de jugador y, por supuesto, mantenerse en lo más alto si se quería jugar.

Por ello, cuando vi «Boy Kill the World», se me hizo muy familiar. Dos niños que van a un salón de videojuegos y se ven reflejados en las pantallas como si ellos mismos fueran unos videojuegos, al puro estilo de «Street Fighter» y «Mortal Kombat». Entre golpizas y pasar al siguiente nivel, me reí más que sufrir por las golpizas porque siempre sentí que estaba en un videojuego. Pero al ver la seriedad de la gente en el cine, me di cuenta de que no todo el mundo se lo tomaba igual.

Bill Skarsgård, el actor conocido por interpretar al payaso Pennywise en las dos películas basadas en «It», la novela de Stephen King, lo vimos en el papel del odioso villano de la magistral cuarta parte de «John Wick», así como el personaje de Clark Olofsson, el polémico criminal que inspiró el término «síndrome de Estocolmo». Una serie basada en sus verdades y mentiras que se transmitió en Netflix y que se las recomiendo fue muy buena y divertida.

Se ve que la belleza está en la familia Skarsgård, ya que al igual que Alexander, Bill presume de un cuerpazo espectacular.

Bill Skarsgard in 'Boy Kills World.'

La historia nos narra a Boy, interpretado por Bill Skarsgård, un chico sordo mudo que piensa mucho, ya que le escuchamos una voz en off, una voz de un narrador de videojuegos (cortesía de H. Jon Benjamin), quien habla como si estuviera en un videojuego.

Boy ha crecido en un ambiente hostil en medio de la nada en la selva, bajo la supervisión y entrenamiento sin compasión del hombre que le apodan el “Shaman”, interpretado por Yayan Ruhian de las magníficas dos entregas de «The Raid». Este mentor despiadado busca sin cesar vengar la muerte de su familia y ha convencido a Boy de que tiene que matar a la familia Van Der Koy, ya que el Shaman le ha dicho que su madre y hermana fueron asesinados por esta brutal y egoísta familia Van Der Koy y su máximo líder, Hilda Van Der Koy, interpretado por Famke Janssen, la matriarca paranoica de una familia corrupta, perversa y poderosa que gobierna con mano de hierro y gusta de sacrificar a los civiles para dar a conocer quiénes son los que mandan. Además, la familia Van Der Koy está detrás de un evento anual llamado “el exterminio”, en el que los ciudadanos rebeldes arrestados por las fuerzas del Estado se enfrentan entre sí en un combate a muerte televisado, muy al estilo de «The Hunger Games».

Brett Gelman (yelling, naturally) and Michelle Dockery in ‘Boy Kills World.’ ROADSIDE 

La puesta en escena está ambientada en un videojuego pasando por etapas, las miles de batallas y muertes, solo así Boy pasará a otro nivel. Hay que decir que para muchos el film tiene acción hiperviolenta como «Street Fighter», «Mortal Kombat». Vamos a ver al chico enfrentándose a sus enemigos y generando fatalities por medio de puñetazos y patadas, rompiendo huesos, desgarrando músculos, mutilando, decapitando, ahorcando, aplastando, disparando y apuñalando.

Asimismo, el chico se irá encontrando con cada uno de los miembros de la familia Van Der Koy, como si se tratara de un “jefe” al que hay que derrotar para pasar de nivel. Ellos son Glen, interpretado por el sociópata Sharlto Copley, quien no es ajeno a este tipo de películas; su cínica esposa Melanie, interpretada por Michelle Dockery; Gideon, el hermano con aspiraciones de guionista y unos pocos rasgos de bondad, interpretado por Brett Gelman, y June27, interpretada por Jessica Rothe, la hermana menor y una ruda jefe de seguridad con todo y casco de Daft Punk.

En su camino hacia la venganza, el chico encontrará aliados como lo son el bribón Basho, interpretado por Andrew Koji, y Bennie, interpretado por Isaiah Mustafa, un miembro de la resistencia de diálogos incoherentes, muy parecido al Mousse de Chocolat de la comedia «Top Secret». ¡Ah! y el chico va a estar acompañado en sus correrías del “fantasma” de su pequeña hermana, quien sirve como un Pepito Grillo.

Spoiler alert

«Boy Kills World» trata de ser una parodia de las cintas de acción violentas, pero por alguna razón no convenció al público. Ahora bien, si nos ponemos conspirativos, me llamó la atención ciertos símbolos en la película, como que el chico es sordo mudo y ha sido engañado por el Shaman para vengarse de los líderes.

Es como si Boy fuera el pueblo que se le mantiene sordo y mudo ante las verdades del gobierno, después de todo, no se le cuenta la verdad de lo que pasa en el mundo y no se le permite hablar o decir su libre opinión. También, el Shaman me pareció a ese opresor que intenta ayudar al pueblo, pero solo lo confunde con una realidad que no existe.

Otra cosa que me llamó la atención fue que las muertes fueran en un escenario de montaña con nieve, como si fuera Suiza, donde se suelen reunir los altos mandos de gobierno. Además, se muestra como los medios de comunicación están asociados y manipulados por los gobernantes.

También, durante la matanza, vimos personajes como un Pulpo gigante llamado el Pulpo Ladron, una piña, un pirata y una cabra blanca llena de sangre, todos simbolos de unas sectas y poderosas familias a nivel mundial.

Y en epílogo de la película nos insinúa la frase «nadie nos dice qué hacer, nosotros hacemos nuestras propias reglas». Son estas escenas que no tienen ningún sentido en la película y que confunden al espectador, pues no sabe qué realmente está viendo, y el film nos muestra que al final todo lo sucedido es un juego, que la vida está manipulada por otras personas.

Entonces me quedé pensando que fue lo que vi si una película de acción o unos mensajes ocultos que no pude descifrar…

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