‘Vidas Pasadas’ cómo un romance de infancia puede perdurar por años

por Catalina Donoso

Fui a ver ‘Past Lives’, al español ‘Vidas pasadas’. Este film de drama romántico de la directora Céline Song nos invita a reflexionar sobre el amor de toda la vida. Nos introduce a dos jóvenes niños de Corea del Sur que son compañeros de colegio; ambos se gustan y son novios desde la infancia. Es un amor puro e inocente entre dos pequeños que comienzan a descubrir la vida. Sin embargo, los padres de Nora deciden abandonar Corea del Sur para radicarse en Canadá. La pequeña tenía solo 12 años, así que no tenía otra elección que seguir a sus padres.

El cariño de estos dos jóvenes se ve separado por un enorme continente. En el pasado, la tecnología no era tan expedita como en estos tiempos, así que perdieron el contacto hasta encontrarse virtualmente 12 años después. La comunicación es inmediata; se llaman y se escriben todos los días. Pero ya no son los mismos niños de 12 años de Corea.

Para Nora, ella se siente más occidental; su primera lengua se ha convertido en inglés, y sus costumbres son más americanas. Ella es escritora y se siente feliz de estar viviendo en Nueva York. Mientras tanto, para Hae Sung, el tiempo sí ha pasado. Ya es un hombre; está estudiando ingeniería y vive en Seúl, anhelando progresar en su carrera.

Durante años, Hae Sung había intentado buscar a su amiga, así que este encuentro es algo que a él le llena de felicidad. El tiempo pasa y entre ellos emerge un amor, pero la distancia y los compromisos no les permiten estar juntos.

Será entonces cuando el destino los vuelva a separar, hasta que unos años después, Hae Sung decide viajar a ver a su amiga a Nueva York. Será ahí cuando las dos almas se reencontrarán y analizarán sus vidas y las decisiones que han tomado en la vida.

La película muestra de una forma muy veraz cómo un romance de infancia puede perdurar por años hasta la adultez. Sin embargo, este no es un film hollywoodense, así que aquí no hay reencuentros con destellos de colores. Y esa realidad es la que conecta al espectador, ya que muestra a dos seres que se conectan con el tiempo pero que, a la vez, tienen un gran choque cultural.

Las interpretaciones de Greta Lee, Yoo Teo, John Magaro son extraordinarias, muy naturales y conectan al espectador con ese amor platónico que todos alguna vez hemos tenido en la vida.