por Catalina Donoso
Fui a ver la película ‘Sobrevivientes después del terremoto’ o como se llama en inglés ‘Concrete Utopia’, y creo que este nombre le da un buen significado por ser una supuesta sociedad ideal pero inexistente sobre una montaña de concreto que jamás dará frutos.
Si en los años 30 del siglo pasado los alemanes tenían la vanguardia del cine, en los 60 fueron los ingleses, en los 70 los franceses, en los 80 los españoles fueron populares por el destape, y los 90′ han sido los estadounidenses quienes se han coronado como los genios del cine de taquilla, podemos decir que en la segunda década del milenio los coreanos lentamente se han puesto a la vanguardia en muchos aspectos de la industria del entretenimiento, entre los que se incluyen la música, los conciertos, las series de televisión bien conocidas como doramas y las películas. Y es por una sencilla razón: el guión.
¿Sino cómo se justifica que la gente se dedique a ver series y películas en idioma original coreano con una cultura completamente diferente a la occidental?
Una vez más, la respuesta es el guión porque si hay algo que los coreanos han sabido destacar es cómo el espectador se aferra tanto a los personajes que no los puede soltar. Los coreanos saben cómo conquistar a su audiencia a través de los personajes, pues los van presentando paso a paso en su día a día.
Vemos dónde viven, qué comen, cómo se visten, cuáles son sus miedos, sus sueños, dónde trabajan, dónde viven sus familias. Paso a paso, capítulo a capítulo, sabemos cada día más algo del personaje y todos esos momentos hacen que el espectador se encariñe o bien odie a sus personajes. Esta gran concepción hace que la audiencia se mantenga atenta a la pantalla sin querer perderla.
«No hay tal lugar». La palabra fue acuñada por Tomás Moro para describir una sociedad ideal, y por lo tanto inexistente. La «representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano», esto es, una sociedad tan perfecta e idealizada que es prácticamente imposible llegar a ella.
Este preámbulo es para decirles que ‘Sobrevivientes’ es eso, un festín de personajes con diferentes caracteres que de pronto se ven atrapados por el destino en una tragedia natural.
La película de desastre natural nos introduce a la historia de un Seúl rodeado por una catástrofe natural de un terremoto. La ciudad ha sido abatida por el terremoto, bajo un horizonte devastador y sobre los escombros brota un edificio que milagrosamente ha sobrevivido.
Los departamentos Hwang Gung son los únicos que se mantienen firmes sobre una ciudad en ruinas, los sobrevivientes atónitos comienzan a salir de sus departamentos estupefactos de ver que son los únicos que aún tienen un hogar donde dormir.
Reunidos en el patio principal se organizan para sobrevivir mientras esperan a un grupo de rescate. Al poco tiempo, un grupo de sobrevivientes se acerca al edificio pidiendo cobijo. En un frío invierno, la desolación aborda la ciudad y todos los sobrevivientes de terremotos se unen en una compasión por apoyarse mutuamente. Sin embargo, los días pasan y los rescatistas no llegan, y las provisiones empiezan a escasear.
Será ahí el punto de quiebre cuando el ser humano dejará de ser humano para pasar al estado de sobreviviente, ese estado crítico donde ni la cortesía ni la moralidad tienen rivalidad, pues solo existe un objetivo: sobrevivir a toda costa. Entonces la película da un giro cuestionando quién tiene derecho a vivir y quién tiene derecho a tener una calidad de vida.
La película es muy inteligente, pues primero presenta a los personajes, nos pone en situación de crisis y luego pone al espectador a que elija quién merece vivir y quién es imprescindible para la subsistencia. Los sobrevivientes eligen un líder que los lleva a la salvación, pero luego serán los mismos salvados quienes, amotinados, harán una revolución.
El edificio ya no será un simple edificio de concreto; será un feudo que domine el perímetro y proteja a sus habitantes. Un film sumamente inteligente que pone en la mesa cuestiones como la moral, la vida y la muerte, quiénes somos, cómo sobrevivir ante el pecado, cómo es la vida ideal, cuáles son los valores que ameritan luchar.
Es sin duda una maestría intelectual que hace cuestionar a todo ser humano y que no solo ha captado a la audiencia sino que ha recibido una acogida de todo el público. La película se presentó en el Festival de Toronto TIFF para luego presentarse en todas las salas de cine. Esta semana llega a Chile bajo la dirección de Tae-hwa Eom y cuenta con el reconocido elenco de Lee Byung-hun (“El Juego del Calamar”, “Terminator Génesis”, “G.I Joe”), Park Seo-joon (“The Marvels”, “Parasite”), Park Ji-hu (“All of Us Are Dead” de Netflix) y Kim Do-yoon (“Estación zombie”).
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