
por Catalina Donoso
Minuto a minuto cómo fue el concierto de Roger Waters al llegar al estadio del Monumental fui recibida por una arena repleta de fans del música de Rogers, me dio mucha alegría que el estadio estaba lleno y que la gente sí fue apoyar al cantante y músico. Vinieron , fans de todas las edades y décadas.
Durante la última jornada de conciertos de rock me ha acostumbrado a estar en cancha apretujada y viéndome rodeada de fans saltando con furor, tal fue mi shock al ver las sillas y que el público solo se levantó para dar un aplauso unísono de agradecimiento al final del concierto.
A pesar que el rock invadió el monumental el público permaneció atento escuchando al exintegrante de Pink Floy Bajo la luna casi llena y una noche estrellada las luces se apagaron para escuchar una voz de fondo que decía gracias por venir a mi concierto y para aquellos que dicen «Me gusta la música de Roger, pero no me gusta lo que dice sobre la política se puede ir a la mierda»
‘Comfortably Numb’ fue la encargada de abrir el concierto con una cantante de ópera épica combinada con el rock fue hermoso. Posteriormente, continuó con ‘The Happiest Days of Our Lives’ para llegar a uno de sus temazos más reconocidos por el mundo como ‘Another Brick in the Wall’, para entonces los fans ya estaban eufóricos de ser testigos de tan gran concierto.
Una rafaga de fuegos pirotécnicos rompió el silencio del público cuando las letras de las cuatro pantallas se leía The Wall, unas pantallas gigantes atravesaban el escenario donde se combinaban imágenes del cantante y con imágenes de apoyo sobre la discografía interpretada en el momento.
No se hizo esperar para expresar su pesar por las tragedias , injusticias y guerras que están aconteciendo mundialmente junto a los temas ‘The Powers That Be’ , ‘The Bravery of Being Out of Range’ mostró unos videos de la injusticia y violencia acontece en el mundo enumerando a un grupo de personas marginadas por su religión, color racial y forma de pensar política. También se mostro un discurso del expresidente Regan donde menciona la venta y utilización de armas como negocio en Nicaragua, me recordó al mismo hecho que se menciona en la película de Tom Cruise ‘American Made’ donde interpreta a Barry Seal un ex piloto comercial que trabajó para el gobierno y narcos traficando armas.

Las cosas se pusieron más románticas cuando hizo un alto y Comentó sobre su canción «El bar» y que todos son parte de ella comento cuál es la historia de esta canción la cual escribió durante la pandemia.
Luego pidió a sus fans que regresaran en el tiempo a 1974 cuando él era parte del grupo Pink Floyd , a su vez recordó su música recordando a Sly antes de la banda Pink Floyd en los 60s con anécdotas de juventud cuando ambos estudiaban en Cambridge y fueron a un concierto fue allí donde encontró la motivación por la música.
No fue indiferente al desprecio por algunos, durante su paso por Argentina, diciendo de ‘Todas las veces que visité esta hermosa ciudad, pasé grandes momentos y siempre me he sentido bienvenido en Buenos Aires’, ‘Esta vez es un poco distinto…’ Esta vez hubo gente en esta ciudad que no me dejó hospedarme en un hotel’, dijo .
El artista británico, de 80 años, se refería de este modo a las dificultades que tuvo para conseguir alojamiento en la ciudad. Posteriormente prosiguió con “Shine On You Crazy Diamond” con el homenaje a Barret, en otro de los momentos emotivos de la noche. Citando a los libros Rebelión en la granja, de George Orwell, Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y un discurso del expresidente estadounidense Dwight Eisenhower.
De repente por detrás de la pantalla emergió una oveja gigante que se deslizó por el público cuando se escuchaba de fondo el tema “Sheep”.
El concierto duró aproximadamente unas dos horas para luego dar paso a un intervalo que bien se agradece.El grito de “Nunca más” se hizo escuchar en el estadio, mientras sonidos industriales, sirenas y helicópteros preparaban el clima para la segunda parte del show, que fue transmitido en vivo por Flow.
De repente vemos a Waters inerte en una silla de ruedas, que despertaba tras recibir una inyección, dio inicio a “In The Flesh”, otro de los clásicos de Pink Floyd. “¿Hay algún paranoico en el estadio esta noche? Esto es para uds, ‘Run Like Hell’”, presentó el bajista, cantante y compositor.
En las pantallas se mezclaron ilustraciones de la película The Wall (1979) con imágenes de presidentes tanto americanos como rusos, con mensajes como “Resistan” y una suerte de homenaje a Julian Assange, el hombre detrás de WikiLeaks, por su valentía al difundir “la verdad” detrás de crímenes cometidos en nombre de la libertad.“Déja Vu”, incluido en su disco solista de 2017 Is This the Life We Really Want? puso en primer plano el dolor de mujeres y niños palestinos heridos en bombardeos en Gaza. “Detengan el genocidio”, pudo leerse en las pantallas.

Con el tema que da nombre a ese disco, Waters apuntó hacia el capitalismo y la sociedad de consumo, una crítica que se volvió una constante a lo largo de su carrera tanto dentro como fuera de Pink Floyd.
Las pantallas se volvieron de verde cuando se escucho los acusticos de “Money” marcó otro de los momentos altos de la noche, con el guitarrista Jonathan Wilson a cargo de la voz. La hipnótica intro de “Us And Them” dejó en silencio al público, con un gran desempeño del saxofonista Seamus Blake. “Brian Damage” volvió a encontrar a Waters frente al micrófono. “Eclipse” marcó el paso de la despedida, mientras las luces hacían su parte rebotando por todo el Monumental.
Quizás el momento más emotivo de la noche fue su despedida, porque aunque a sus 80 años aún tiene mucha voz y garra que entregar en el mundo de la música muchos nos preguntamos si le volveremos a ver… «Los amo también, no estaría aquí si no fuera eso. Los amo, amo hacer música y tocar estas canciones con ustedes. Fue entonces cuando sentado al piano presentó a su banda y con una copa en mano expresó. Vamos a volver al bar… » «Esto que estoy tomando no es agua, me encantaría que estuvieran acá todos en el escenario para brindar con nosotros, pero lamentablemente son demasiados. ¡Salud! Esto es mezcal, de México”, explicó Waters, antes de nombrar a tres personas importantes en su vida a los que le dedicaría la siguiente canción, “The Bar”: Bob Dylan; Camila, su esposa, y John, su hermano mayor. Tambores, un acordeón y el resto de los músicos alrededor del piano generaron un momento de intimidad para la despedida con “Outside The Wall”. Así, el artista británico se despedía de sus fans no como un músico, sino como un amigo en un momento íntimo discreto y un brindis gracias a la vida.
